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Seis ciudades en Brasil registraron una serie de ataques, incendios y disparos contra oficinas públicas

Se han compartido imágenes de ciudadanos fuertemente armados en las calles, sin presencia de las autoridades

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Por lo menos seis ciudades del noreste de Brasil registraron en la madrugada de este miércoles 15 de marzo una serie de ataques, que iniciaron en la víspera orquestados por bandas criminales, con incendios y disparos contra oficinas públicas, comercios y vehículos, según el reportes de las autoridades.

Estos hechos se dan dos meses y medio después de la posesión del presidente Lula da Silva para un tercer mandato, el pasado 1 de enero. Los disturbios se registraron en el estado de Rio Grande do Norte, donde se extendieron a una veintena de ciudades en las primeras horas del martes 14 de marzo.

A pesar del fortalecimiento en la seguridad, los ataques se repitieron este miércoles en al menos seis urbes, entre ellas Natal, la capital del estado.

Por su parte, el ministro de Seguridad Pública, Flavio Dino, explicó en Twitter que fueron enviados “220 policías (federales) para auxiliar a las fuerzas del estado”, y que ese número podrá ampliarse “hasta la cantidad que se considere necesaria”.

En las imágenes difundidas a través de redes sociales y medios locales, se puede observar como autobuses, camiones y otros automóviles incendiándose, al igual que patrullas policiales con orificios de balas. También se han compartido imágenes de ciudadanos fuertemente armados en las calles, sin que se note la presencia o control por parte de las autoridades.

Dos hombres que supuestamente estaban vinculados a los ataques perdieron la vida en enfrentamientos con la policía, mientras que otros dos resultaron heridos, de acuerdo con el sitio de noticias G1. Hasta el momento, 30 personas han sido detenidas, según un balance de la policía publicado por G1.

Por su parte, las autoridades de Rio Grande do Norte aseguraron que trabajan bajo la hipótesis de que los ataques, planeados desde el interior de las prisiones, son una respuesta de grupos criminales ante un endurecimiento de las medidas de control en esas instituciones del estado.

Daniela López González

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