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Qué es la sal de Epsom, sus beneficios y 6 formas de disfrutarla

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La sal de Epsom parece sal… pero no lo es, a pesar de su nombre. Bajo sus cristales se esconde una mina de magnesio de la que se obtienen muchos beneficios. Económica y fácil de usar, te explicamos cómo aprovechar sus ventajas.

¿Qué es la sal de epsom?

La sal de Epsom, que lleva el nombre del balneario inglés donde se descubrió en el siglo XVII, se presenta en forma de pequeños cristales compuestos en un 99% por sulfato de magnesio hidratado, y el 1% restante por otras sales minerales en forma de trazas. Existen otros depósitos naturales en todo el mundo, y esta sal también puede obtenerse mediante diversos procesos a partir de otros compuestos. Se puede encontrar en farmacias y tiendas de productos orgánicos.

¿Cuáles son sus beneficios?

La sal de Epsom obtiene sus beneficios de su riqueza en magnesio, un mineral que interviene en muchos mecanismos fisiológicos, pero del que a menudo carecemos, debido a una dieta procesada y al estrés.

Como el magnesio es el alimento del sistema nervioso, la sal de Epsom se utiliza para aportar relajación y calma, explican los expertos. Para optimizar sus efectos, puede combinarse con aceites esenciales sedantes, como el AE de lavanda. Esta acción relajante actúa también en todos los tejidos: músculos, tendones, articulaciones… Esta acción relajante actúa también sobre todos los tejidos -músculos, tendones, articulaciones…-, lo que la convierte en un muy buen relajante apreciado por los deportistas para aliviar dolores, calambres y contracturas musculares, pero también por las personas que sufren dolores articulares, reumatismo, lumbago, ciática.

Por su efecto vasodilatador, también contribuye a mejorar la circulación sanguínea, lo que la convierte en una aliada para las piernas pesadas y otros pies hinchados.

¿Cómo utilizarla?

  • Un baño relajante

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Vierta 3 gotas de aceite esencial (AE) de lavanda o de azahar en 3 puñados de sal de Epsom y, luego, disperse con cuidado en el agua caliente. Permanezca en el baño durante unos 20 minutos y luego enjuague con agua limpia.

  • Un baño de recuperación deportiva

Haga lo mismo, pero añada de 2 a 3 gotas de AE de eucalipto de limón para una acción antiinflamatoria.

  • Un baño de pies para desinflar

Vierta 2 gotas de AE de menta en 1 puñado de sal de Epsom. Diluir en una taza de agua caliente, y luego tomar un baño de pies durante unos veinte minutos.

  • Un exfoliante corporal vigorizante

Mezclar 3 cucharadas de aceite de coco, 4 cucharadas de sal de Epsom y 2 gotas de AE de pomelo. Exfoliar suavemente el cuerpo con movimientos circulares.

  • Contra el estreñimiento

Vierta una cucharadita de sal de Epsom en un litro de agua y bébala a lo largo del día. Precaución: sólo para uso ocasional, ya que puede ser irritante.

  • Un baño contra los resfriados

Los baños de Epsom refuerzan el sistema inmunitario al aumentar los glóbulos blancos para ayudar a combatir las infecciones.  Añada unas gotas de aceite de eucalipto al baño para facilitar la respiración.

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Sara Gonzalez
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