Colombia

La historia del hombre que demandó a ‘Dios’

La demanda fue radicada en el Juzgado Primero Civil del Circuito de Rionegro. El proceso incluyó emplazamientos en medios locales,

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Ramón Alcides Valencia Aguilar, abogado oriundo del municipio de Concepción (Antioquia), es conocido desde hace más de una década como el hombre que demandó a Dios y a las ánimas del Purgatorio… y ganó. Esta inusual historia jurídica comenzó en 2011, cuando decidió ayudar a su pueblo a recuperar legalmente el terreno donde se levanta su iglesia parroquial, la Inmaculada Concepción, construida en 1874.

Todo comenzó cuando el entonces párroco, el padre Humberto Hincapié, descubrió que en los registros de propiedad el terreno del templo no pertenecía a la iglesia, sino que figuraba a nombre del «amo supremo» y de las «ánimas del Purgatorio», beneficiarios de un testamento fechado en 1860 por una vecina del municipio llamada Nepomusena Osorio. Ante esta situación, el Ministerio de Cultura negó ayuda económica para restaurar el templo, que estaba deteriorado y en riesgo de ruina.

Fue entonces cuando el abogado Valencia propuso una salida jurídica tan insólita como efectiva: no buscar a los herederos de Osorio, sino presentar una demanda de pertenencia contra Dios y las ánimas para que la parroquia pudiera figurar como propietaria. El sacerdote, al principio escéptico, terminó dándole poder legal tras consultar con la curia.

El caso atrajo a toda la prensa

La demanda fue radicada en el Juzgado Primero Civil del Circuito de Rionegro. El proceso incluyó emplazamientos en medios locales, una abogada de oficio que representó a los demandados ausentes, y hasta un peritaje que valoró el terreno en más de 600 millones de pesos en 2012. El juez también pidió al sacerdote rendir interrogatorio para probar que la iglesia ejercía posesión del predio, lo que llevó a una anécdota graciosa: el abogado le advirtió al párroco que no dijera que las ánimas estaban en el purgatorio, “porque si el juez se antojaba de que las trajera, se nos caía todo”.

Finalmente, el juez falló a favor de la parroquia, ordenando que el predio fuera registrado oficialmente a su nombre. Con esto, se destrabaron recursos públicos y privados que permitieron una inversión superior a los 3.000 millones de pesos para la restauración del templo.

El caso no solo transformó el destino de la iglesia, sino también la vida del abogado, quien se volvió célebre en su región y entre colegas. Aunque nunca cobró honorarios, su historia fue compartida en seminarios, universidades e incluso llegó a mencionarse en una clase en España. Eso sí, no todo fue celebración: una placa que el párroco instaló en agradecimiento tuvo que ser retirada por presiones de habitantes del pueblo, donde —como él mismo dice— “la mitad me quiere y la otra mitad no”.

Cada Semana Santa, Ramón Alcides revive la historia que lo marcó. Su pueblo, conocido como “La Concha” y cuna del prócer José María Córdova, mantiene vivas las tradiciones religiosas: el Viernes Santo a medianoche, por ejemplo, los hombres salen en silencio a la procesión de la soledad, iluminando el camino con faroles, mientras suena solo la marcha fúnebre. Un homenaje silencioso que resuena en la fe y en la historia legal más singular del país.

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Víctor Castro Gutierrez

Con su título en mano, Víctor comenzó su carrera periodística como reportero en un periódico local de Medellín. Hoy en día, continúa desempeñando un papel crucial en el periodismo colombiano, siendo un referente en la investigación y denuncia de los problemas más apremiantes de la sociedad, y un defensor incansable de la libertad de prensa y la ética periodística en Colombia.

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