Desapareció una prueba clave en el homicidio del parque de la 93
Se trata de un elemento crucial para establecer lo que hubo en las últimos días de vida de la víctima
En el marco de la investigación que se está realizando por el homicidio que ocurrió el pasado 21 de febrero en el parque de la 93, las autoridades se toparon con una sorpresa desagradable: el celular de la víctima desapareció.
De acuerdo con lo revelado por la revista Semana, esa prueba vital que podría responder muchas de las preguntas que rondan alrededor del homicidio, no se tiene y no se sabe a donde fue a parar, pues bien se sabe que el ultimado, Hernán Roberto Franco Charry, lo tuvo en manos hasta sus últimos segundos de vida.
Las dudas sobre lo que pasó en el parque de la 93
El contenido que puede haber en ese equipo es sumamente necesario -dice la Fiscalía- porque allí hay datos de lo que podría haber pasado en esos últimos días de vida del empresario, y se cree que pudo haber enviado un mensaje de texto aún después de recibir los balazos cuando entraba a su oficina en inmediaciones del parque de la 93.
Recordemos que las cámaras de seguridad no solo captaron con exactitud el momento en el que un hombre lo balea por la espalda, sino que también dejaron plasmados los momentos en los que él después de recibir los proyectiles, quedó para por unos 10 segundos, pudo caminar en círculos y usar su celular hasta que finalmente se desplomó.
Extraoficialmente se conoció que la Fiscalía está investigando dos personas al empresario, para determinar si estas tienen el teléfono celular en su poder y por qué; o, en su defecto, si tienen información de quien pueda tenerlo. No se descarta que lo hayan desaparecido con la intención de ocultar pruebas.
Recordemos que según la Policía, en el momento en el que le dispararon Franco Charry estaba a apunto de entrar a una reunión en la que develaría las irregularidades que encontró cuando hizo una auditoría a una empresa privada, cuyo nombre no se ha hecho de dominio público.
Por el hecho está capturado el joven que conducía la moto en la que el sicario se estaba movilizando. La Fiscalía le imputó varios delitos pero él no aceptó ninguno. Se trata de un hombre sin antecedentes penales y vigilante de oficio, según su testimonio.
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