¿Por qué los últimos cuatro meses del año terminan en ‘bre’?
Estos nombres han sido transmitidos a lo largo de los siglos
Cada año, los últimos cuatro meses del calendario gregoriano se conocen como los meses “bre”. Estos meses son septiembre, octubre, noviembre y diciembre. ¿Pero por qué se llaman así?
La respuesta se remonta a la antigua Roma. Cuando los romanos crearon su calendario en el siglo VIII a.C., éste tenía sólo diez meses. El año comenzaba en marzo y terminaba en diciembre, de hecho, el nombre deciembre deriva del latín decem que significa diez. Los dos meses que faltaban, enero y febrero, fueron añadidos posteriormente.
Originalmente, los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre eran los séptimo, octavo, noveno y décimo mes del calendario romano. En latín, septiembre significa “séptimo mes”, octubre significa “octavo mes”, noviembre significa “noveno mes” y diciembre significa “décimo mes”. Cuando se incorporaron los meses de enero y febrero, los nombres de los meses originales se mantuvieron, pero ya no correspondían a la posición real de los meses en el calendario.
Otros idiomas
Durante la Edad Media, el latín se convirtió en la lengua franca de Europa. En consecuencia, los nombres de los meses se expandieron a otros idiomas, incluido el español. Desde entonces, los nombres de los meses se han mantenido sin cambios durante siglos, incluso cuando la mayoría de la gente ya no está familiarizada con sus orígenes latinos.
La historia del calendario y sus nombres es fascinante y llena de curiosidades. Por ejemplo, el mes de agosto fue nombrado en honor al primer emperador romano, Augusto César. Al parecer, el emperador quería que su mes tuviera tantos días como el mes de Julio, que había sido nombrado en honor a su predecesor, Julio César. Por lo tanto, Augusto decidió quitar un día de febrero y añadirlo a agosto.
Aunque la mayoría de las personas no conocen la historia detrás de los nombres de los meses, se han mantenido durante siglos como una parte importante de nuestro calendario moderno. Conocer su origen nos permite comprender el legado de las culturas antiguas y la forma en que influyen en nuestra vida cotidiana.
Los últimos cuatro meses del año se llaman “bre” porque se remontan al latín original y se basan en la posición de los meses en el calendario romano original de diez meses. Es interesante saber que estos nombres han sido transmitidos a lo largo de los siglos y aún se utilizan en nuestros días como una parte importante de nuestro calendario moderno.
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