Estilo de vida

¿Por qué las mujeres y los hombres tienen diferente esperanza de vida? La respuesta de los científicos

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En numerosas regiones del planeta, las estadísticas revelan una notable brecha en la esperanza de vida entre mujeres y hombres, con las féminas gozando de una longevidad superior. Este fenómeno ha suscitado el interés de la comunidad científica, impulsando a los investigadores a desentrañar los factores subyacentes que dan forma a esta disparidad.

Según datos recientes del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), correspondientes al año 2024, la expectativa de vida promedio para las mujeres se sitúa en 80 años, mientras que para los hombres es de 74 años. Esta significativa divergencia de seis años entre ambos géneros ha motivado a los científicos a explorar las posibles causas detrás de esta brecha.

Nuevos hallazgos: El papel de las células germinales en la longevidad

En un estudio pionero publicado recientemente en la prestigiosa revista científica Science Advances, un equipo de investigadores de la Universidad de Osaka, Japón, ha arrojado luz sobre una nueva explicación para este fenómeno. Los científicos han descubierto que las células precursoras de los óvulos y los espermatozoides, conocidas como células germinales, podrían desempeñar un rol crucial en las diferencias de esperanza de vida entre mujeres y hombres.

Para respaldar sus hallazgos, los investigadores llevaron a cabo experimentos con una especie de peces conocida como «fondulos turchesi» o peces cebra. Estos peces exhiben una disparidad similar en la expectativa de vida entre machos y hembras, con las últimas viviendo más tiempo.

En un enfoque innovador, los científicos procedieron a eliminar quirúrgicamente las células germinales de estos peces. Los resultados fueron sorprendentes: después de la intervención, la brecha en la esperanza de vida entre machos y hembras se redujo significativamente, con ambos géneros mostrando una longevidad comparable.

Mecanismos biológicos subyacentes

Los hallazgos revelaron que la eliminación de las células germinales en los machos de peces cebra condujo a mejoras notables en diversos aspectos de su salud. Los machos sin células germinales exhibieron una mayor fortaleza muscular, una piel más saludable y una mejor densidad ósea en comparación con sus contrapartes no intervenidas.

Por otro lado, las hembras de peces cebra que carecían de células germinales experimentaron una disminución en la señalización de estrógenos, un factor que, según los investigadores, podría aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y, en consecuencia, acortar su esperanza de vida.

El papel de la vitamina D

En un giro inesperado, el estudio también exploró el impacto de la vitamina D en la longevidad. Los científicos descubrieron que la administración de vitamina D activa a los peces cebra, tanto machos como hembras, resultó en un aumento significativo de su esperanza de vida.

Este hallazgo sugiere que la señalización de la vitamina D podría tener efectos beneficiosos en la salud general del organismo, independientemente del género. Los investigadores destacan la importancia de profundizar en esta vía prometedora para comprender mejor su influencia en la longevidad humana.

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Implicaciones y futuras investigaciones

Si bien los experimentos se realizaron en peces, los investigadores sugieren que los mecanismos biológicos identificados podrían ser relevantes para comprender las diferencias en la esperanza de vida entre mujeres y hombres en la especie humana. Sin embargo, se requieren más estudios para validar esta hipótesis y explorar su aplicabilidad en la medicina humana.

Los hallazgos de este estudio abren nuevas vías de investigación en el campo de la longevidad y la biología del envejecimiento. Los científicos destacan la necesidad de profundizar en el papel de las células germinales, la señalización de estrógenos y la influencia de la vitamina D en la regulación de la duración de vida en diferentes organismos.

Además, se requieren esfuerzos adicionales para comprender cómo estos factores interactúan con otros determinantes genéticos, ambientales y de estilo de vida que también pueden contribuir a las diferencias en la esperanza de vida entre géneros.

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Sara Gonzalez

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