«Pensé que era solo dolor de espalda»: la historia de Carol, una madre que lucha contra grave enfermedad
Una madre recibe la devastadora noticia de que padece un cáncer incurable después de meses de síntomas inusuales. Su historia es una advertencia para prestar atención a las señales de nuestro cuerpo y buscar ayuda médica de manera oportuna.
Carol McGachie, una enfermera de 56 años de West Lothian, en Escocia, experimentó meses de síntomas extraños, incluido un hormigueo intenso en los dedos, antes de recibir el diagnóstico de mieloma, un cáncer de la sangre incurable. Se sentía «como si estuviera conectada a la red eléctrica», agotada pero incapaz de dormir, con dolores en la espalda y el cuello. Al principio, Carol pensó que podría tener esclerosis múltiple (EM).
A pesar de este duro golpe, Carol está decidida a sensibilizar al público sobre los síntomas que pueden indicar el mieloma «antes de que sea demasiado tarde». Anima a cualquiera que tenga síntomas similares a consultar a su médico de cabecera de inmediato.
«Estaba agotada todo el tiempo. Me encantaba cocinar, hacer jardinería y dar largos paseos con mi perro, pero ya no tenía energía. Rechazaba las invitaciones porque sabía que sufriría al día siguiente», recuerda Carol.
Lamentando la falta de conocimiento sobre el cáncer de sangre por parte de los médicos de atención primaria, Carol afirma que no lograron conectar los diversos síntomas en su caso. A pesar de ser enfermera, no estaba al tanto del mieloma ni de su impacto.
Las señales de nuestro cuerpo
«Nunca habría asociado el dolor de espalda con el cáncer de sangre. Por eso la sensibilización es tan importante», afirma Carol a un medio de comunicación local. «Ahora trato de crear conciencia a través de mi trabajo y he hablado a algunos de mis pacientes sobre mi diagnóstico y síntomas. Creo que esperé demasiado y traté de manejar el dolor yo sola».
Su consejo es ser más directo con el médico y no aceptar pasivamente su palabra si se tiene la sensación de que algo no está bien.
Los primeros síntomas de Carol se manifestaron a finales de 2020, con dolores en la espalda y la cadera. El médico descartó rápidamente la ciática, recetándole analgésicos y fisioterapia. Ese invierno, Carol también tuvo dos episodios de herpes zóster.
«Soy enfermera, así que pensé que era ‘dolor de espalda de enfermera'», recuerda Carol. «Pero las cosas empeoraron y comenzó el hormigueo en los dedos y los pies durante la noche. Duró meses y meses. Pensé que podría ser algo como la EM».
Tuvieron que pasar meses antes de que la derivaran a un hematólogo y recibiera el diagnóstico.
Avances en el tratamiento y esperanza para el futuro
Carol comenzó la quimioterapia en el Western General de Edimburgo en octubre de 2022 y ahora está en remisión. Se siente «más determinada que nunca a vivir una vida plena», emocionada por la perspectiva de convertirse en abuela gracias a los continuos avances en los tratamientos.
«Sé que es incurable y que volverá. Cada vez que tienes dolores te preguntas ‘¿ha vuelto?’ A veces parece que vives de un examen a otro cada tres meses. Pero tengo una mente bastante lógica y he tenido un par de años para asimilarlo. Ahora hay tantos tratamientos».
Finalmente, un dato relevante: una de cada cuatro personas tarda más de 10 meses en recibir un diagnóstico. Sin embargo, en la mayoría de los casos, un simple análisis de sangre puede detectar los signos del mieloma.
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