Salud

Las razones por las que no debes aguantar las ganas de ir al baño

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Es muy común que las personas aguanten las ganas de ir al baño, ya sea para orinar o defecar, por diferentes razones. En la mayoría de los casos, las ganas de defecar se aguantan cuando llegan en lugares o momentos socialmente inapropiados, ocasionando vergüenza de hacerlo.

Aunque la retención ocasional de las heces no es peligrosa, las personas que tienen el hábito de hacerlo pueden sufrir estreñimiento o complicaciones más graves.

Las personas que se resisten a ir al baño con demasiada frecuencia pueden empezar a perder las ganas de ir, lo que puede provocar incontinencia fecal. Otras personas pueden sufrir de estreñimiento. El estreñimiento puede ser muy incómodo y puede dar lugar a problemas más graves. En este artículo, hablamos de los riesgos asociados a la retención de heces.

No se deben aguantar las ganar ir al baño a defecar

No es peligroso retener las heces de vez en cuando. A veces las personas no están cerca de un baño o se encuentran en una situación en la que no es apropiado ir al baño. Otros son demasiado tímidos o se avergüenzan de hacer sus necesidades en un lugar público y prefieren esperar hasta llegar a casa.

Según un artículo publicado, los niños que sufren de estreñimiento pueden desarrollar el hábito de retener las heces para evitar las deposiciones dolorosas. Algunos niños pueden retener las heces si les resulta demasiado difícil el entrenamiento para ir al baño.

Cuando las personas desarrollan comportamientos de retención de heces, ponen en riesgo su salud. Las personas deben defecar cuando su cuerpo señala la presencia de heces en el recto. Aunque el momento no siempre es el adecuado, los médicos recomiendan defecar lo antes posible, en cuanto surja la necesidad.

¿Por qué es malo?

Evitar las deposiciones puede provocar estreñimiento. Cuando esto ocurre, el intestino inferior absorbe el agua de las heces que se acumula en el recto. Las heces con menos agua son más difíciles de expulsar porque se vuelven duras. En situaciones más graves, este comportamiento puede provocar incontinencia o causar problemas graves, como la impactación fecal (cuando una masa de heces duras y secas se atasca en el colon o el recto) o la perforación gastrointestinal (un agujero en la pared del tracto gastrointestinal).

Retener las heces también puede hacer que el recto se distienda, o se estire. Si la persona pierde la sensibilidad en el interior del recto, lo que se denomina hipersensibilidad rectal, puede experimentar episodios de incontinencia. El autor de un estudio de 2015 sugiere que una mayor carga fecal en el colon puede aumentar el número de bacterias y crear una inflamación del colon a largo plazo. Esta inflamación puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de colon. Los resultados de la investigación también sugieren vínculos entre la retención de heces y la apendicitis y las hemorroides.

Los niños y la retención de heces

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Al nacer, los bebés hacen caca involuntariamente. Cuando un niño empieza a ir al baño, aprende a hacer sus necesidades en un momento socialmente aceptable y a retener las heces cuando es necesario. Un estudio más antiguo sugiere que las complicaciones relacionadas con el control de esfínteres se producen en un 2-3% de los niños.

Algunos niños pueden retener las heces después de estar estreñidos. El recuerdo de los movimientos intestinales dolorosos puede conducir a un rechazo a hacer sus necesidades. Si el niño continúa reteniendo las heces, la parte inferior del colon se acumula hasta que se llena. Con las retenciones repetidas, el niño puede perder la sensibilidad rectal, lo que provoca una irregularidad en las ganas de defecar. Cuando el recto está lleno, las heces más blandas pueden empezar a fluir alrededor de las heces acumuladas. Con la reducción de la sensibilidad, el niño puede hacer caca involuntariamente.

¿Cuánto tiempo puede estar una persona sin defecar?

El ritmo de las deposiciones varía de una persona a otra. Algunas personas defecan una vez cada dos días, mientras que otras lo hacen varias veces al día. La frecuencia de las deposiciones depende de la edad y la dieta de la persona, pero la mayoría de las personas defecan entre una y tres veces al día.

Un cambio en el horario de las deposiciones puede indicar estreñimiento. Estos cambios están sujetos a diferencias individuales. Por ejemplo, en personas que suelen defecar una vez cada tres días, una defecación normal y bien formada que se produzca una vez a la semana puede no requerir atención médica. Las personas deben defecar cuando su cuerpo les indique la necesidad de hacerlo. Si el momento es inadecuado, se debe intentar defecar lo antes posible.

Ha habido casos extremos en los que la retención de la defecación debido al estreñimiento o al esfuerzo físico ha provocado complicaciones graves. En otro ejemplo publicado en BMJ Case Reports, un hombre quedó paralizado en una pierna y sufrió el síndrome compartimental abdominal (una afección potencialmente mortal derivada del aumento de la presión en el abdomen) debido a un estreñimiento grave.

¿Cuándo buscar atención médica?

Aunque puede ser difícil controlar las deposiciones de un niño pequeño, los padres o cuidadores deben consultar al pediatra si observan signos de retención de heces en el niño. El pediatra puede ayudarles a enseñar al niño un comportamiento y unos hábitos de aseo adecuados.

Las personas que sufren de estreñimiento porque retienen regularmente las heces pueden consultar a un farmacéutico para que les aconseje cómo prevenir el estreñimiento. Los farmacéuticos pueden recomendar los laxantes sin receta más adecuados. Cuando una persona pierde la sensibilidad rectal, necesita atención médica.

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Lina Muñóz Rojas
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