La relación entre las bebidas gaseosas y el cáncer de útero
De acuerdo a muchos expertos en salud y nutrición, uno de los peores inventos de la industria de alimentos ultraprocesados, son las bebidas gaseosas. Desde su aparición, se han convertido en un elemento muy recurrente, incluso diario en la alimentación de muchas personas, siendo la causa de varios problemas de salud graves. Entre estos problemas, está el aumento del riesgo de cáncer de útero, el último de una lista demasiado larga.
Las campañas publicitarias siempre presentan las bebidas gaseosas de manera positiva, como productos frescos, consumidos por personas dinámicas que disfrutan de la vida al máximo. La realidad, sin embargo, es bastante diferente: la mayoría de las personas que consumen regularmente bebidas gaseosas están lejos de estar en buena forma, ya que tienen bastante sobrepeso, con un alto riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 de forma prematura.
Las consecuencias de las bebidas gaseosas
Un país ejemplo de la rapidez con que los refrescos pueden deteriorar la salud de una población, es México. De 1989 a 2004, el consumo de bebidas gaseosas en México se disparó a un promedio de 146 litros por persona al año, con un aumento paralelo de la incidencia de la obesidad del 10% al 70% y de la diabetes del 2% al 15%.
Estos impactos negativos son consecuencia directa de las cantidades astronómicas de azúcar presentes en estas bebidas, que promueven el sobrepeso, así como las excesivas variaciones en la secreción de insulina que eventualmente comprometen el funcionamiento del páncreas y causan el desarrollo de la diabetes.
Para muchos de los principales expertos en salud, las bebidas gaseosas son uno de los peores inventos de la alimentación industrial moderna, un verdadero veneno que supone una grave amenaza para la esperanza de vida sana de la población, como se informa en la prestigiosa revista Nature.
Bebidas pro-obesidad, pro-diabetes y pro-cáncer
Un estudio reciente indica que los efectos adversos de las bebidas gaseosas en el metabolismo también podrían promover el desarrollo de ciertos cánceres. En 1986, los investigadores estadounidenses reclutaron a unas 23.039 mujeres con una edad promedio de 62 años y las siguieron hasta 2010, analizando sus hábitos alimenticios y la incidencia de cáncer durante este período.
Descubrieron que las mujeres que consumían las mayores cantidades de azúcar tenían un mayor riesgo de cáncer de endometrio (revestimiento del útero). Siendo este impacto particularmente más alto entre las que bebían las mayores cantidades de bebidas gaseosas (78% de mayor riesgo).
El aumento de peso corporal ciertamente juega un papel en este efecto, ya que la mayoría de los cánceres de útero dependen del estrógeno y estas hormonas se incrementan por el exceso de grasa corporal. La obesidad también aumenta la cantidad de ciertos factores de crecimiento pro-cancerosos (IGF-1) que se unen directamente a las células del revestimiento del útero y estimulan su proliferación, lo que puede contribuir a la progresión del cáncer.
Las personas que consumen muchas bebidas gaseosas suelen tener un estilo de vida menos saludable, y es posible que otros factores adicionales contribuyan al aumento de la incidencia de cáncer observado en el estudio. En cualquier caso, los desequilibrios metabólicos causados por las bebidas gaseosas deben considerarse un factor de riesgo establecido para ciertos cánceres, otro ejemplo de las muchas maneras en que las bebidas gaseosas dañan nuestra salud.
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