La leche y su importancia en la alimentación de los niños
Así como la alimentación de los niños necesita de carnes, cereales, frutas, verduras, y grasas, el grupo de los lácteos también es importante; ya que aportan nutrientes como las proteínas, el calcio y la vitamina D, entre otros nutrientes importantes para su crecimiento y desarrollo.
En nutrición infantil, uno de los principales objetivos es lograr un óptimo estado nutricional y mantener un ritmo de crecimiento adecuado a la edad del niño.
El crecimiento es un indicador fiable de salud y está condicionado por multitud de factores, entre los que cabe destacar el tipo de alimentación. Crecimiento y nutrición están íntimamente relacionados.
También es importante promover la adquisición de unos hábitos alimentarios saludables que ayudarán a prevenir la aparición de enfermedades de base nutricional que podrían aparecer en la edad adulta.
La leche es un alimento muy complejo en cuanto a su composición, y aporta una amplia y equilibrada variedad de nutrientes que garantizan un crecimiento y desarrollo óptimos en las etapas de crecimiento.
Las organizaciones internacionales recomiendan que los niños mayores de dos (2) años tomen dos porciones o tazas de lácteos al día; y que, de acuerdo con las necesidades por edad, estas porciones pueden incrementarse.
Cuando se va a elegir alimentos como la leche, se debe tomar en cuenta que sus envases sean seguros y garanticen su inocuidad, con envases que conserven el valor nutricional y características organolépticas (color, sabor, olor) del producto, prefiriendo los envases de cartón para bebidas, como los de Tetra Pak.
La leche contiene una serie de componentes que aportan al organismo nutrientes, que ayudan a la rápida conciliación del sueño; además de procurar que sea profundo durante toda la noche. Parte de sus compuestos juegan un papel importante en la regulación del sueño.
Su alto contenido en calcio también permite el desarrollo y fortalecimiento de los huesos en los niños evitando a futuro enfermedades como la Osteopenia y la Osteoporosis, asegurando su normal crecimiento y resistencia.
La leche también contiene electrolitos que ayudan a reemplazar el sodio perdido a través del sudor y además, por estar constituida en gran parte por agua, ayuda a enfriar el cuerpo y a mantener el balance entre agua y electrolitos.
La leche, junto a un aseo dental apropiado, puede ayudar a proteger enfermedades en los dientes, como por ejemplo; las caries y problemas en las encías. La caseína (una proteína de la leche) reduce la adhesión de la bacteria que causa caries a la superficie del diente.
Fuente: Revista MAG
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