Colombia

La aterradora confesión de la madre de Maximiliano fue lo que permitió hallar el cuerpo

Después de más 36 días estaba en completo estado de descomposición

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Sandra Patricia Caro Pérez, alias ‘La Cacica’, esperó 36 días para dar la aterradora confesión con la que las autoridades tuvieron la oportunidad de encontrar el cuerpo sin vida de su propio hijo, Maximiliano Tabares, a quien con tan solo 5 años entregó a una secta de santería.

Desde el pasado 21 de septiembre cuando se le perdió el rastro al niño, esta mujer no hizo más que armarse con mentiras para decirle a los investigadores que desconocía el paradero de su hijo y que la última vez que lo vio fue cuando este salió hacia una tienda de su área de residencia, en zona rural del municipio de Remedios-Antioquia.

Sin embargo, 30 días después de armar el ‘teatro’, la Policía la capturó a ella, a su pareja sentimental y a otros cuatros miembros de la familia, ya que se obtuvieron pruebas que dan cuenta de que ellos mismo desaparecieron al niño sometiéndolo a un ritual para liberarlo de supuestos espíritus.

personas capturadas/ foto superpuesta de niño víctima de presunta brujería | Caso Maximiliano
Foto: Policía Nacional/Facebook.

La confesión sobre el cuerpo de Maximiliano

Pese a que habían pasado 30 días y a que se sabía que el niño resultó objeto de prácticas esotéricas, se guardaba la esperanza de que aún estuviese vivo en algún lugar de Colombia. Pero por el contrario, en medio de la presión social y después de que un juez de garantías la enviara a prisión junto con el resto de los investigados, la madre de Maximiliano habló y dio las coordenadas de dónde estaba el cadáver.

Miembros del Cuerpo Técnico de Investigación llegaron al sitio indicado y tras escarbar con palas entre la arena, encontraron el cuerpo en avanzado estado de descomposición, razón por la cual lo trasladaron a la sede de Medicina Legal para hacer la necropsia correspondiente y determinar el motivo del fallecimiento.

Recordemos que la razón por la cual la familia de Maximiliano lo sometió a un ritual, es porque según sus allegados, los supuestos espíritus que el niño tenía les impedían cumplir con éxito una extracción de oro, ya que se dedicaban a la minería ilegal.

Dicha familia es conocida en la zona como ‘Los Carneros’, y cuando la autoridad llegó a capturar al padrastro del menor, este estaba presuntamente poseído, pues hacía movimientos involuntarias y vociferaba frases y sonidos sin compresión alguna.

Víctor Castro Gutierrez

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