Harold Echeverry tuvo sorprendente actitud en su audiencia y un juez lo envió a prisión
Podría pagar hasta 50 años de cárcel
Harold Echeverry es el hombre capturado como presunto responsable del abuso, homicidio y descuartizamiento de la jovencita Michell Dayana González, en hechos ocurridos en la ciudad de Cali la noche del pasado 7 de diciembre, durante la celebración por el ‘Día de Velitas’.
Al hombre lo detuvieron en Villavicencio-Meta cuatro días después del suceso, mientras intentaba juntar dinero trabajando como mototaxista para huir hacia Venezuela.
Su plan se frustró porque una vez las autoridades hallaron el cuerpo descuartizado de la joven en un taller de pinturas, su nombre salió a relucir como sospechoso y su foto se propagó por todos los medios de comunicación y redes sociales con un anuncio de recompensa de hasta 100 millones por su ubicación. Siendo así, alguien lo reconoció cuando se movilizaba por la capital del Meta, y avisó la Policía.
“Cuando llegamos al Meta, sabíamos que estaba en esa zona, pero no el punto definitivo. Es cuando entra una llamada de una ciudadana y nos indica que, al parecer, lo está viendo, que al parecer está allí y es donde entran nuestros investigadores a hablar con la persona que nos está dando la información.. Le dijimos, mire si hay una moto de tal característica y esta placa y así fue cómo pudimos capturarlo”, dijo el general José Gualdrón de la Policía de Cali.
La actitud de Harold Echeverry
Pese a presuntamente haber cometido un acto sumamente atroz y desgarrador, la actitud de Harold Echeverry durante la captura y durante la audiencia de imputación de cargos, fue sumisa en todo momento. Además, le pidió perdón a la familia de Michell Dayana.
Una vez la Fiscalía los imputó el cargo de feminicidio agravado y hurto calificado y agravado, él los aceptó sin quejas ni alegatos, lo cual hará más célere el proceso judicial en su contra. De momento, el juez a cargo del caso lo envió a prisión de manera preventiva en lo que avanza la investigación con miras hacia un juicio.
Contra él se podrían dictar hasta 60 años de prisión, y no tiene acceso a ningún beneficio procesal, dado que la víctima era una menor de 14 años. Si se le halla culpable su único destino es la cárcel por varias décadas.
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