Fue al hospital por una tos y regresó a casa sin piernas y un brazo
Hace cuatro años, Jayne Carpenter perdió las piernas y un abrazo luego de que una tos se le complicara, y terminó acabando con su vida.
A sus 53 años la mujer sufrió una enfermedad que comenzó con una tos común pero que se convirtió en una sepsis, una abrumadora y extrema reacción que tiene el organismo ante una infección y que daña los tejidos.
Jayne Carpenter era una mujer activa y aventurera, pero su estilo de vida cambió radicalmente. Y aunque la mujer se esforzó por mantener el ritmo, le era muy difícil debido a que después del fatídico incidente se volvió dependiente.
Jayne realizaba sus ejercicios y disfrutaba del baile con su par de piernas protésicas de metal, pero estas le causaban dolor e infecciones; por lo que quiso recaudar fondos para poder someterse a una cirugía con prótesis especiales que, según ella, le permitirían tener una vida diferente.
En diciembre del año pasado, su esposo Robert la encontró sin vida tras recibir un llamado de ella pidiendo que fuera por su perro.
Robert mencionó que después de la sepsis el estado de salud de su esposa comenzó a transformarse y llegó a beber más alcohol de lo normal e incluso se deprimió. La pandemia del COVID-19 y el confinamiento tampoco ayudaron a la salud de Jayne debido a que ya no podía salir a bailar o viajar como acostumbraba.
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