Estudio reveló cuales son las fantasías sexuales preferidas de los colombianos
Algunas pueden parecer ilógicas para mucha gente
Un estudio pionero en Colombia, liderado por SexLab, el Laboratorio de Sexualidad Humana de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, ha abordado el tema de las fantasías sexuales, una temática poco investigada en el país.
Bajo el título Pensamientos Sexuales como Indicadores de Salud Sexual en Colombia, la investigación recopiló datos de más de 1.500 participantes de diversas identidades de género en 10 ciudades del país, entre ellas Bogotá, Medellín y Cali.
Las fantasías más recurrentes
Mayra Gómez Lugo, directora de SexLab, explicó que la mayoría de las personas han experimentado fantasías sexuales en algún momento de sus vidas, aunque aclaró que no todas son necesariamente placenteras. Las fantasías se dividen en positivas, que generan satisfacción, y negativas, que provocan incomodidad.
Los principales hallazgos del estudio revelaron que las fantasías más comunes en Colombia son las relacionadas con el sexo «vainilla», es decir, aquellas de carácter romántico y convencional, reportadas por el 51% de los hombres y el 55% de las mujeres.
Además, fantasear con tener relaciones en lugares inusuales o peligrosos, como aviones o parques, es otra tendencia frecuente, reportada por el 47% de los hombres y el 46,8% de las mujeres. En cuanto a los tríos, los hombres muestran una mayor inclinación hacia este tipo de fantasía (44,72%), mientras que las mujeres prefieren imaginar encuentros en sitios exóticos, como yates o playas privadas (41%).
En lo que respecta a pensamientos positivos, tanto hombres como mujeres fantasean frecuentemente con la conexión emocional en sus relaciones, destacándose el acto de besar apasionadamente, un pensamiento compartido por el 99,5% de los encuestados.
Por otro lado, las fantasías sadomasoquistas, que involucran dinámicas de poder y provocación de dolor, fueron vistas como negativas por el 44,6% de las mujeres y el 40,7% de los hombres, reflejando una posible desaprobación hacia este tipo de dinámicas. Las fantasías dominantes, que implican el control sobre la pareja, y las sumisas, que incluyen la obediencia y la vulnerabilidad, también generaron malestar entre los participantes cuando estaban asociadas a comportamientos violentos.
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