Colombia

Estremecedor video: El relato de un sobreviviente de Garavito

Fue de las primeras víctimas de 'La Bestia'

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Con el fallecimiento de Luis Alfredo Garavito, ocurrido el pasado 12 de octubre, han salido nuevamente a la luz muchas de las informaciones que se conocieron a lo largo de los años, sobre los horrendos crímenes que este hombre cometió.

Entre eso está la entrevista que el programa ‘Los Informantes’ le hizo a un hombre identificado como William Trujillo Mora, quien se convirtió en una de las primeras víctimas de ‘La Bestia’, cuando tenía solo 9 años de edad. Para ese tiempo Garavito no ultimaba a sus presas, sino que las dejaba ir tras torturarlas.

Trujillo Mora le contó a los informantes que su tortura 12 horas y que todo comenzó cuando él estaba jugando con sus amigos de barrio en Caicedonia-Valle del Cauca, pues hasta allí llegó el agresor y lo amenazó con un arma blanca para que se fuera a él sin hacer ningún tipo de ruido.

Luis Alfredo Garavito
Foto: Twitter

El terrible y crudo relato de lo que le hizo Garavito

“Yo pasé temprano y vi unos niños jugando con cartones. Se sentaban en el cartón y se resbalaban. Cogí el cartoncito, me subí al montículo y me tiré a resbalar por el caminito por donde ya los otros habían hecho. Ya estaba demarcado por dónde se tiraban todos. Cuando me senté para resbalarme, fue que sentí la mano. Yo al señor no lo vi llegar por ningún lado, él como que me estaba acechando. Él me abrazó por detrás. Me mostró un machete y me dijo: no vaya a hacer bulla. No vaya a gritar ni vaya a hacer nada, porque lo m@to», dijo.

«Me dijo quítese la camisa y él me quitó el pantalón. Empezó a besarme horriblemente por todo el cuerpo. Él me cogía mi p3n3cito y lo chupaba y me besaba la boca. Me cogía la lengua y me la succionaba durísimo, como a arrancármela. Me decía: así me tenés que hacer. Entonces yo accedía a todas las peticiones. Después me volteó bruscamente y empezó a rastrillarme, hasta que llegó el punto en que me p3netró (…) Él accedió tres veces y él me hizo de todo. Él me mordió, él me chupó, me golpeó, él hacía de todo, muy en silencio. Eso fue lo más perturbador», explicó el hombre notablemente afectado por el dramático recuerdo.

Así pasaron 12 horas durante las cuales Garavito le dijo que lo liberaría cuando sonaran las campanas de la iglesia del pueblo. Una vez sonaron, a las 5:00 de la mañana, lo dejó ir con una perturbadora sonrisa y un gesto de despedida con su mano.

Víctor Castro Gutierrez

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