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Escándalo en iglesia: Fiel revela lo que sucede con el dinero que se recoge

La organización adoptaba una fachada de entidad caritativa para evadir el pago de impuestos

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David A. Nielsen, quien ocupaba el cargo de gerente de inversiones en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, comúnmente conocida como la iglesia mormona, afirma que la institución ha acumulado una cantidad superior a cien mil millones de dólares en fondos destinados originalmente a obras de caridad. De acuerdo con la denuncia, se alega que estos recursos nunca se utilizaron para proyectos de beneficencia.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se refiere al grupo conocido como el Movimiento de los Santos de los Últimos Días o mormonismo, cuando se habla de ellos fuera de la organización. Esta institución religiosa se estableció en Estados Unidos en el año 1830, específicamente en el estado de Nueva York.

Los individuos que forman parte de esta religión se autodenominan como «miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días» o simplemente «miembros de la Iglesia de Jesucristo». Actualmente, esta institución cuenta con aproximadamente 17 millones de seguidores, distribuidos en alrededor de 30.000 congregaciones. De estos, el 46 % reside en Estados Unidos y Canadá, mientras que el 38 % se encuentra en América Latina, representando un porcentaje que engloba al 84 % de los fieles en todo el mundo.

El dinero no se utilizaba como se esperaba

Según la denuncia expuesta en un informe del periódico británico The Guardian y basado en la entrevista de David A. Nielsen en el programa 60 Minutes de CBS, se revela que el dinero que ingresaba a la organización religiosa no se utilizaba como se esperaba. De acuerdo con Nielsen, se trataba de un fondo de cobertura secreto donde el dinero se acumulaba sin ser utilizado: «Era realmente un fondo de cobertura clandestino. Una vez que entraba el dinero, no salía».

Nielsen era un miembro ferviente de la iglesia mormona, comenzó a laborar en Ensign Peak Advisors luego de ser contactado por la organización mientras desempeñaba un puesto en Wall Street. Durante un periodo de nueve años, Nielsen se encargó de administrar la división de inversiones de la iglesia.

Debido a los hechos descritos, narra que presentó una denuncia ante el Servicio de Impuestos Internos en el año 2019, la máxima entidad tributaria de los Estados Unidos. Durante ese mismo año, el periódico estadounidense Washington Post publicó un reportaje que abordó dicha denuncia.

Durante su experiencia en Ensign Peak, Nielsen notó que la organización adoptaba una fachada de entidad caritativa para evadir el pago de impuestos significativos. Por lo que, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días recolectó anualmente alrededor de siete mil millones de dólares provenientes de sus 17 millones de seguidores a través del «diezmo». Esta práctica implica que los miembros entreguen aproximadamente el 10 % de sus ingresos a la entidad religiosa.

Los fondos habrían sido destinados a respaldar proyectos con objetivos lucrativos

Según Nielsen, aproximadamente mil millones de dólares de los fondos recaudados fueron depositados en una cuenta de reserva en Ensign Peak, una entidad registrada como una organización sin ánimo de lucro. Estos fondos fueron invertidos, lo que resultó en ganancias crecientes que no estaban sujetas a impuestos. “Pensé que íbamos a cambiar el mundo”, comenta Nielsen y agrega, “simplemente hicimos crecer la cuenta bancaria”.

De acuerdo con los informes, los fondos habrían sido destinados a respaldar proyectos con objetivos lucrativos, como la edificación de un importante centro comercial en Salt Lake City, ubicado en el estado de Utah, así como a una compañía de seguros de propiedad eclesiástica.

En 2019, Nielsen dimitió de su cargo después de que un sitio web conocido como «Mormon Leaks» estableciera una conexión entre los miembros de la iglesia y empresas ficticias que poseían acciones y bonos con un valor de miles de millones de dólares. Después de su renuncia, Nielsen decidió presentar una denuncia ante las autoridades competentes.

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Daniela López González

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