En Afganistán, «algunas personas ya venden a sus hijos para alimentar a sus familias»
Las Naciones Unidas hicieron este jueves un llamado a la comunidad internacional para que apoye a Afganistán y ponga fin a la «espiral de muerte» que amenaza a la economía del país. El secretario general de la ONU también expresó su alarma por la supervivencia de algunos afganos, que «venden a sus hijos y partes del cuerpo para alimentar a sus familias».
La ONU trata de movilizar la cifra récord de 4.400 millones de dólares para el país; gobernado por los talibanes desde agosto de 2021 y sumido en un colapso económico, en una conferencia de donantes copatrocinada por la ONU, el Reino Unido, Alemania y Qatar.
El jefe de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo que casi todos los afganos no tienen suficiente para comer, «un millón de niños gravemente desnutridos están al borde de la muerte» y algunos han recurrido a «vender a sus hijos y partes de su cuerpo» para conseguir dinero para la comida.
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La organización espera triplicar la cantidad solicitada en 2021, en el mayor llamamiento jamás realizado para un solo país, habiendo conseguido hasta ahora sólo el 13% de la cantidad necesaria.
En el discurso de apertura, Guterres, pidió «una acción inmediata» sin la cual «nos enfrentamos a una crisis de hambre y malnutrición en Afganistán».
«Los países ricos y poderosos no pueden ignorar las consecuencias de sus decisiones»
Los talibanes tomaron el poder en Afganistán el 15 de agosto de 2021, tras la precipitada retirada de las fuerzas extranjeras dirigidas por Estados Unidos. La crisis humanitaria en el país se ha agravado rápidamente desde entonces.
La ONU lleva meses pidiendo que se suavicen las sanciones occidentales impuestas a Kabul desde que los insurgentes volvieron al poder. Casi 9.500 millones de dólares del banco central afgano han sido congelados por Washington desde agosto.
«Los países ricos y poderosos no pueden ignorar las consecuencias de sus decisiones sobre los más vulnerables», dijo Antonio Guterres.
Los talibanes desataron la indignación la semana pasada cuando ordenaron el cierre de las escuelas secundarias para niñas; apenas unas horas después de permitir su reapertura por primera vez desde que tomaron el poder. «Sencillamente, no hay justificación para tal discriminación», dijo Guterres.
Aunque condenan los cierres, la ONU y los países coorganizadores de la conferencia insisten en que la comunidad internacional no debe abandonar al pueblo afgano; que depende en un 60% de la ayuda internacional.
Fuente: AFP
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