Embarazada casi pierde una pierna a causa de este medicamento
La maternidad suele ser una etapa llena de alegría y expectativas, pero para Sarah Bristow, una mujer británica, se convirtió en una verdadera pesadilla. Durante su tercer mes de embarazo, desarrolló una trombosis venosa profunda, lo que llevó a los médicos a recetarle un anticoagulante llamado dalteparina. Sin embargo, esta decisión casi le cuesta la pérdida de su pierna izquierda debido a una rara reacción alérgica al medicamento.
Sarah, residente de Hadlow, Kent, comenzó a administrarse las inyecciones de dalteparina en la pierna como le habían indicado. Pero poco después, notó que su pierna izquierda se estaba volviendo cada vez más oscura y que tenía dificultades para caminar. Alarmada, contactó a su médico de cabecera, quien simplemente le recetó analgésicos, sin darse cuenta de la gravedad de la situación.
Consciente de que algo grave estaba ocurriendo, la mujer acudió rápidamente a urgencias. Allí, los médicos le informaron que sufría de una infección causada por una reacción alérgica muy rara al medicamento. La piel de su pierna se había necrosado, y los médicos no tuvieron más remedio que extirpar quirúrgicamente la zona afectada, junto con la infección subyacente.
Antes de la intervención, los médicos le advirtieron a Sarah que la amputación de la pierna era una posibilidad. Afortunadamente, lograron salvar su extremidad, pero la joven madre quedó eternamente agradecida de que los profesionales médicos hubieran conseguido evitar la pérdida de su pierna.
Días después, Sarah tuvo que someterse a un injerto de piel bajo anestesia local. Sin embargo, la anestesia no funcionó como se esperaba, y la joven tuvo que soportar un intenso dolor durante el procedimiento. «Podía sentir absolutamente todo y estaba llorando», relató Sarah a SWNS.
Posteriormente, Sarah se sometió a una tercera operación en la que se le colocó un dispositivo en la vena yugular para evitar que los coágulos de sangre llegaran a sus pulmones. Dos años después, este dispositivo se había incrustado en su cuello, causándole una sensación muy extraña. «Podía sentirlo en mi vientre», comentó Sarah, «y cuando intentaron quitarlo, fue más doloroso que el parto».
Secuelas físicas y emocionales
Cuatro años después de esta terrible experiencia, Sarah, ahora de 31 años, sigue sufriendo las consecuencias. Tiene graves lesiones nerviosas en su pierna izquierda, lo que le impide sentir el calor o el frío, y le dificulta realizar actividades como nadar con sus hijos. Además, padece un grave trastorno de estrés postraumático, ya que tuvo que afrontar todo el proceso de hospitalización ella sola, debido al confinamiento por la pandemia.
Ahora, Sarah está decidida a sensibilizar a otras mujeres embarazadas sobre los posibles riesgos de este medicamento. «Tengo muchas amigas embarazadas y sé que estas inyecciones se utilizan mucho, tanto en mujeres embarazadas como en personas que no lo están, y no querría que lo que me pasó a mí le ocurriera a alguien más».
Consejos para mujeres embarazadas
- Mantén una comunicación abierta y honesta con tu equipo médico sobre cualquier síntoma o cambio que notes durante el embarazo.
- Presta atención a reacciones inusuales a los medicamentos recetados y notifica a tu médico de inmediato.
- Aboga por ti misma si sientes que algo no está bien, y no dudes en buscar una segunda opinión si es necesario.
- Rodéate de un sólido apoyo emocional durante el embarazo, ya que puede ser una etapa llena de desafíos inesperados.
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