Cuerpo de Fernando Botero ya está en Colombia; así será el funeral
Se espera un homenaje póstumo a su trayectoria
Una semana después de su lamentable fallecimiento, el cuerpo de Fernando Botero ya llegó a suelo colombiano (procedente de Mónaco), para recibir un homenaje a la impecable trayectoria que desarrolló a lo largo de más de cuatro décadas.
El féretro arribó al aeropuerto El Dorado, en Bogotá, justamente sobre las 7:06 de la noche de este jueves 21 de septiembre, a bordo de un vuelo de Air France, y una corte fúnebre lo recibió. Desde allí lo llevaron a la funeraria Gaviria y posteriormente lo trasladarán al salón elíptico del Capitolio Nacional.
Allí sus restos estarán en capilla ardiente desde las 2:30 de la tarde del viernes 22 de septiembre, hasta el domingo 24 del mismo mes. En ese tiempo se abrirá la puerta al país de manera controlada, para que pueda despedir a Botero, pero apegándose a las normas, restricciones e indicaciones de la logística. No permitirán ingreso a menores de edad, ni darán permiso para grabar o tomar fotos.
El lunes 25 de septiembre el féretro lo llevarán a la Catedral Primada de Bogotá, para hacerle una misa y posteriormente trasladarlo en avión a Medellín, su ciudad natal, en donde se le hará otro homenaje. En la capital antioqueña la capilla ardiente se hará en el Museo Antioquia.
Después de eso le harán otra misa en la Catedral Metropolitana de Medellín, y finalmente cremarán sus restos para llevarlos de vuelta a Italia, en donde él residía. Recordemos que Fernando Botero falleció a los 91 años, por cuenta de complicaciones de salud que lo mantuvieron internado los últimos cinco días de su vida.
El día que la violencia tocó la obra de Botero
Una de sus más grandes obras es el pájaro que el cedió a la capital antioqueña y que está ubicado en la plaza San Antonio (centro). Pero en el año 1995, cuando se celebraba un evento turístico organizado por los entonces alcaldes de Medellín y Cartagena, un atentado terrorista acabó parcialmente con la estatua.
Maleantes organizaron un atentado con explosivo y pusieron kilos de dinamita sobre el pájaro. Cuando esta explotó no solo acabó con la parte trasera del mismo, sino que le quitó la vida a 23 personas y dejó heridas a unas 200. A eso se suma que destruyó todo lo que había en el evento, stand’s, sillas, entre otras cosas.
La detonación convirtió las cuatro toneladas de bronce que pesaba el pájaro alusivo a la paz, en una especie de lata parcialmente destruida. Las ondas expansivas produjeron la interrupción del fluido eléctrico en la zona y como era de noche, se dificultó la búsqueda de los heridos y fallecidos.
Todo en ese instante fue casos y ocurrió en momentos en los que Medellín vivía una de las épocas más violentas de su historia, dado que la caída de Pablo Escobar estaba muy reciente y sus lugartenientes quisieron tomarse la ciudad como un trofeo de guerra para vengar que hubiesen dado de baja a su líder.
Después de eso Fernando Botero decidió no retirar ni restituir la figura, sino hacer que permaneciera al país tal y como la dejaron los terroristas, para que el país no olvide lo que en algún momento la violencia desmedida que azotó a todo el territorio.
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