Estilo de vida

5 consejos para estimular tu cerebro y ser más inteligente

No hay una receta exacta, pero se hace fundamental un estilo de vida saludable para estimular tu cerebro y mantenerlo en forma durante el mayor tiempo posible.

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Con el paso de los años se va debilitando nuestra memoria y agilidad mental, llegando a parecer menos inteligente de lo que realmente se es, pero, el cerebro tiene naturalmente la capacidad de llegar muy lejos, siempre que se mantenga regularmente activo.

En otras palabras, cuanto más estimule su cerebro, más se desarrollará y cuanto más se desarrolle, mejor resistirá los embates de la edad y los trastornos cerebrales. Un círculo virtuoso, por así decirlo.

Para memorizar, se necesita atención, concentración y energía

Sin placer, no hay ganas de actuar, ni motivación para ser curioso, emprender, probar, practicar, formar vínculos sociales. Es perfectamente posible envejecer conservando una memoria notable, siempre que se esté motivado y se estimule cada día.

Lo importante es que sus actividades e interacciones sociales (trabajo y amigos) sean percibidas como satisfactorias, así que no tiene sentido jugar al Sudoku si no lo disfruta. E incluso en personas con un trastorno cognitivo, los experimentos muestran un efecto protector de las emociones positivas sobre la capacidad de memoria residual al principio de la enfermedad. Todo va bien en cuanto se apoya en el interés, la motivación y el placer. Para memorizar, se necesita atención, concentración y energía con fases de acción y descanso, y siempre repetición.

Debe variar las actividades

Otra regla es la variedad. Cada actividad, sea cual sea, estimula diferentes áreas del cerebro. Lo ideal es, por tanto, variar las actividades sin centrarse en la memoria, para hacer trabajar todas las áreas del cerebro. Por supuesto, la lectura implica todas nuestras áreas cerebrales y los crucigramas estimulan ambas partes del cerebro, pero eso no es suficiente. Tampoco lo son los sudokus o el ajedrez.

Salir, charlar, trabajar en el jardín, ir al cine, leer, cocinar o viajar son actividades igualmente importantes para mantener las conexiones neuronales, memorizar nueva información y movilizar la existente. A lo largo de la vida laboral, también se puede aprovechar para volver a estudiar, aprender nuevas habilidades, un idioma extranjero, mejorar los conocimientos en un campo concreto… Tocar un instrumento también aumenta la cantidad de materia gris, sea cual sea nuestro nivel, y retrasa la aparición de enfermedades degenerativas como el Alzheimer. La memoria envejece mejor.

Por supuesto, se necesita algo de esfuerzo y perseverancia para conseguir resultados positivos, pero entonces se siente valorado y aún más motivado. De forma más modesta, también puede trabajar su atención, por ejemplo, concentrándose por completo en una tarea durante unos minutos, ya sea cocinar o ver las noticias en la televisión. En nuestra sociedad del zapping, es cada vez más raro estar totalmente atentos a lo que hacemos, pero esta atención es esencial para aprender y memorizar.

Meditar

Nos preocupamos por el pasado, tememos el futuro… nuestro cerebro está constantemente distraído, lo que moviliza su energía, la mayoría de las veces innecesariamente, y nos hace infelices. Las prácticas meditativas pretenden devolvernos al momento presente, centrando nuestra atención en un mantra, nuestra respiración, nuestras sensaciones corporales.

Esta práctica tiene un efecto beneficioso para el cuerpo y el cerebro en particular. Un estudio estadounidense ha revelado incluso que meditar permite reconstruir nuestra materia gris en tan sólo ocho semanas; y que, al actuar directamente sobre la amígdala (el núcleo emocional), la meditación de atención plena estimula la creación de nuevas conexiones neuronales, mejora el funcionamiento del córtex prefrontal y, de la misma manera, el sistema vascular, muscular y hormonal.

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Practicada durante 30 minutos al día, ayuda a regular el sistema nervioso autónomo a través de la respiración. Estar atento a la postura y los pensamientos también permite aumentar la atención y la concentración (y, por tanto, la capacidad de aprendizaje).

Saber hacer pausas

En contra de lo que la gente piensa, cuidar el cerebro no es sinónimo de hacer siempre más y mejor. También significa saber hacer pausas de vez en cuando para descansar el cerebro y darle tiempo para regenerarse.

El encierro, que nos obligó a salir de nuestro ritmo habitual de trabajo y a detener la incesante carrera que emprendemos día tras día, ha sido sin duda beneficioso para nuestro cerebro. No es un elogio a la pereza, sino al descanso, imprescindible para la concentración, para aprender y retener.

Dar sentido a la propia vida

Dar sentido a la vida es el último ingrediente esencial: Sólo estamos de paso, debemos ser conscientes de ello, aceptar morir, reflexionar sobre quiénes somos, organizar nuestra vida de forma inteligente y ser felices. Es bueno para el cerebro, da un impulso vital y permite compensar algunas carencias de forma muy eficaz.

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Sara Gonzalez

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