Cómo construir una buena salud mental
Recuerda que no estás solo y que hay personas capacitadas para ayudarte a enfrentar esas situaciones de la vida que parecen sombrías
Tal como solemos darle prioridad a nuestro cuerpo, así debemos tomar acción y comprometernos con nuestra salud mental, con dicho fin compartimos a continuación las siguientes recomendaciones para nuestro día a día.
Calidad del descanso
Estime el tiempo que duerme cada día, asegúrese de que las horas y las condiciones sean suficientes para un sueño reparador, reduzca la exposición a la luz artificial al menos una hora antes de acostarse, evite consumir alimentos o bebidas refrescantes antes de acostarse. Descubra cuál es la hora de sueño adecuada para usted que le garantizará una salud estable.
Aprende a reconocer tus emociones
Deténgase todos los días y pregúntese: ¿Qué emociones está sintiendo? ¿Qué lo desencadenó? ¿A quién y cómo debe comunicárselo? ¿Cuál es el lugar y el momento adecuados? Exprésate. Recuerda que la tristeza y la incertidumbre son parte de la vida y es fundamental que aprendamos a reconocerlas.
Piensa en tu día
Al final del día, reconoce los aspectos positivos y negativos, pregúntate qué te hizo sentir orgulloso de ti mismo y qué cosas aún necesitas mejorar, comienza a trabajar en la mejor versión de ti mismo.
Organiza tu tiempo
Prioriza y establece metas claras, trata de mantener un equilibrio entre las actividades personales, sociales, laborales, académicas y recreativas. Aprende a decir «NO» cuando sientas que estás sobrepasando tus límites.
Construye y mantén relaciones interpersonales saludables
Cultivar y mantener relaciones afectivas, familiares, laborales y sociales con límites claros y basadas en el respeto, la honestidad, la confianza, la empatía, el apoyo, el crecimiento mutuo y el tiempo de calidad.
Finalmente, otras recomendaciones que van a beneficiar tu salud mental son:
- Haz ejercicio
- Escucha tu cuerpo
- No olvides que los cambios en la salud física sin duda están muy relacionados con la salud mental.
- Presta especial atención a los cambios en los hábitos de sueño y alimentación, cambios en tu nivel de energía, cambios bruscos de humor, aumento del consumo de sustancias psicoactivas, reducción de la dieta diaria o actividades placenteras o interés en desarrollarlas.
- Cuida tus hábitos alimenticios.
Por último, recuerda que no estás solo y que hay personas capacitadas para apoyarte y ayudarte a enfrentar esas situaciones de la vida que parecen sombrías sin salida ni solución. Tómate un momento de todo, sé contigo mismo, pisa el freno y ralentiza el ritmo de vida sin culparte ni emitir juicios, el grado de ajetreo no es necesariamente proporcional al grado de éxito.
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