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Caso Maximiliano: investigador relata cómo fue entrar a la casa de “Los Carneros”

Al parecer, Maximiliano Tabares fue víctima de una secta satánica

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Maximiliano Tabares es un menor de seis años que se encuentra desaparecido desde el mes pasado. Su madre, Sandra Patricia Caro, afirmó ante las autoridades que el menor salió a una tienda de Remedios (Antioquia) y no volvió. Pero la hipótesis que ha construido la Policía apunta a que al parecer, Maximiliano Tabares fue víctima de una secta satánica.

De acuerdo con la Policía de Antioquia, Sandra Caro y su pareja sentimental, Fabio Andrés Carmona, son miembros de “Los Carneros”, un grupo de seis personas que presuntamente participaron en la desaparición del niño, bajo la idea de que estaría poseído por unos demonios.

Durante el allanamiento a la casa de Caro y Carmona se hallaron libros esotéricos, un muñeco vudú y varios elementos de santería que serán adjuntados al proceso penal. Un investigador del caso narra como se llevó a cabo el registro:

«Yo hice una de las capturas. Una vez tuvimos conocimiento de que estaban las órdenes por parte del juzgado de realizar allanamientos con fines de captura, llegamos al lugar donde estas personas se estaban refugiando y escondiendo. Ellos tuvieron que salir por presión de la comunidad del municipio de Segovia (Antioquia). Ahí fue cuando ingresamos a la vivienda».

Así mismo continúo diciendo: «Yo soy muy creyente. A modo personal llamé a mi abuela materna que realiza el tema de rosarios y le pedí que hiciera una oración por mí para poder entrar a este sitio. Esto me otorgó mucha calma. Se sentía un ambiente muy frío. Un ambiente de mucha tensión. No me explicaba como una persona podía estar tan calmada tras decirle cuál era el motivo de nuestra presencia y los delitos a imputar».

«Algo que me llamó mucho la atención es que el padrastro y la mamá del niño tenían un amuleto tipo collar. Un cordón gris con un muñequito parecido al Divino Niño, pero que ellos decían que no era el Divino Niño. Decían que un brujo se los había regalado», aseguró el investigador.

También dio a conocer que «las personas que vivían allí nos informaron cuál era la habitación del padrastro. Al ingresar había cuadros de santos. Dentro de un morral, esta persona tenía un muñeco de trapo, de los que se usan para el tema del esoterismo. Era una figura humana. Tenía incluso resaltado con tinta de lapicero, el rostro y el punto donde va el corazón. No tenía incrustado ningún tipo de alfiler».

De igual manera dijo que «nadie era capaz de tomar el muñeco de trapo. Como yo estaba con el personal del CTI, tomé el muñeco con guantes y todo el profesionalismo del caso. Es un elemento contundente porque hay unas entrevistas en las que dicen que utilizan esos elementos para lograr los diferentes amarres. Se presume que de pronto pueda ser la referencia a que represente a Maximiliano».

«Ellos decían una frase constantemente: “Nosotros solo sabemos que quien está arriba y abajo nos están cuidando”. Algo que me impactó mucho es como se persignaban en cada uno de los momentos del allanamiento. Se sabe que los católicos se persignan de arriba hacia abajo, de la cabeza al abdomen, ellos lo hacían al contrario», comentó.

En la narración, el investigador dijo que presuntamente «el padrastro manifestaba que podría escuchar a los espíritus, que le decían que el niño supuestamente tenía unos demonios y unos espíritus malignos. La mamá del niño y el padrastro se dedicaban a la minería. Dijo, sobre ello, que si querían prosperar en ese trabajo tocaba sacar esos demonios», .

Según el investigador «al parecer esa persona realizaba esas actividades con libros sobre esoterismo. Había uno que se llamaba el “Superlibro de Magia Oscura”. Eran tres libros de esoterismo, de diferentes editores. Tenía dos botellas donde guardaba animales muertos como alacranes y ciempiés. Y los mezclaban con alcohol y otro tipo de líquidos, para hacer baños a los supuestos clientes.»

El investigador finalizó diciendo: «Después de capturarlos se siguieron persignando al revés. Solo puedo pensar que a veces la gente se deja llevar por ilusiones como el dinero o beneficios de la fantasía. Esto lleva a situaciones tan atroces como atentar contra los propios hijos. Los niños no tienen la culpa de las situaciones económicas y la falta de trabajo. Al contrario, hay que luchar cada día por sacarlos adelante».

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Finalmente, los seis capturados, familiares, fueron puestos a disposición de la Fiscalía por los delitos de desaparición forzada, tortura agravada, concierto para delinquir, lesiones personales y encubrimiento por tortura. Sin embargo, aún se desconoce el paradero de Maximiliano Tabares.
Daniela López González

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