Se agudizan los ataques con drones en el Cauca
La comunidad buscó refugio en viviendas cercanas mientras la Policía intentaba repeler el ataque disparando contra los aparatos.

En el municipio de Cajibío, Cauca, un nuevo episodio de violencia protagonizado por disidencias de las Farc sacudió a la población el Domingo de Ramos, cuando se produjo un ataque con explosivos lanzados desde drones contra la estación de Policía local. El hecho ocurrió mientras los habitantes terminaban las celebraciones religiosas propias de la fecha, lo que generó pánico entre los asistentes y obligó a muchos a huir para ponerse a salvo.
Según testimonios recogidos por El País, los drones sobrevolaron el casco urbano durante varias horas antes de soltar los explosivos. Uno de ellos cayó cerca de un grupo de personas que salía de la iglesia. “Salíamos de la iglesia cuando uno de esos morteros cayó a un lado de nosotros”, contó un comerciante local que pidió mantener su anonimato. La comunidad buscó refugio en viviendas cercanas mientras la Policía intentaba repeler el ataque disparando contra los aparatos.
Otros ataques hostigan al Cauca
Este hostigamiento se suma a otros registrados en menos de 48 horas en la región, lo que ha provocado desplazamientos de familias y comerciantes hacia Popayán, capital del departamento. El ambiente es de creciente temor e incertidumbre, alimentado por la posibilidad de nuevos ataques.
Ante esta amenaza, las fuerzas de seguridad han respondido con los recursos disponibles. En Morales, otro municipio del Cauca, se usaron inhibidores de señal para neutralizar los drones, pero su eficacia ha sido limitada. Durante el ataque en Cajibío, incluso los uniformados tuvieron que refugiarse, siguiendo instrucciones de sus superiores para protegerse del alcance de los explosivos.
Estos ataques se producen en un contexto de ruptura del diálogo de paz entre el gobierno del presidente Gustavo Petro y las disidencias de las Farc, que han intensificado su accionar armado en la zona. Aunque el Ejército ha aumentado los operativos en diferentes puntos del departamento, los resultados aún no logran contener la ofensiva.
Además del impacto sobre la seguridad, el comercio también ha resultado afectado. Varios negocios cerraron sus puertas tras los ataques, y sus propietarios se han visto obligados a abandonar la zona por miedo a nuevos episodios de violencia.