Colombia

Arroz chino, 100 mil pesos y trabajadoras sexuales: incentivos que recibían militares por falsos positivos

En lo que respecta al batallón La Popa, de la Costa Caribe

Suscribite a nuestro canal para recibir toda la información

Este año se han conocido muchos testimonios de militares retirados que reconocen haber sido partícipes de la ejecución de falsos positivos durante el conflicto armado. A medida que van trascendiendo, uno resulta más crudo que el otro y toca la fibra de un país que aún está dolido.

Este lunes se llevó a cabo ante la Justicia Especial para la Paz (JEP), la audiencia de reconocimiento de los miembros del batallón La Popa, que tenía operaciones en la Costa Caribe. Esta parte el Ejército Nacional es la responsable de los falsos positivos ocurridos entre 2002 y 2005 en Cesar y La Guajira.

Entre los militares retirados que pasaron al podio a contar su testimonio, estuvo el soldado profesional Yeris Andrés Gómez. Este reconoció su responsabilidad y además reveló escabrosos detalles de los incentivos que recibían cuando cumplían la orden de quitarle la vida a un inocente.

Lea también: Piedad Córdoba está en UCI

Los incentivos a militares

Gómez aseguró que en esa época los mandatarios, entre ellos Álvaro Uribe, pedía resultados a como dé lugar, razón por la cual la «seguridad democrática» consistía en quitarle la vida a personas que nada tenían que ver con el conflicto.

En ese sentido explicó que cuando cumplían la orden de sus comandantes de cometer homicidios contra civiles, recibían incentivos que podía ir desde un arroz chino, hasta armas y viajes a destinos paradisíacos como Cartagena y San Andrés.

«Por esta persona (refiriéndose a su primer homicidio como militar) el comandante del batallón La Popa me dio 100 mil pesos y a todo el grupo especial les compró arroz chino», manifestó. Luego agregó que «Daban viajes para Cartagena, San Andrés, daban  pistolas como premio, fiestas y daban reuniones con trabajadoras sexuales».

Indicó que quien no cumplía no tenía ningún tipo de permiso, y fue enfático al decir que «Los soles de los generales Mario Montoya Uribe, el general Justo Eliseo Peña, el general Juan Pablo Rodríguez Barragán, el general Raúl Rodríguez y el coronel Monsalve Hernández, están manchados de sangre, así como mis manos».

Víctor Castro Gutierrez

Publicaciones relacionadas