Amelogénesis imperfecta; un problema que afecta los dientes
La amelogénesis imperfecta es un defecto genético cuyo principal síntoma es una alteración que afecta al esmalte de los dientes, ese tejido duro que se encarga de cubrir y proteger nuestras piezas dentales. Se diagnostica cuando el tejido duro formado por fosfato de calcio y de aspecto blanquecino sufre una malformación durante el desarrollo del paciente, lo que le impide cumplir las funciones que le corresponden.
En comparación con otras enfermedades, puede atacar tanto a las piezas dentales de leche como a las permanentes. Pese a que es un problema de salud poco frecuente, afecta en mayor o menor medida a 1 de cada 200 personas, algunos países tienen tasas de incidencias más elevadas, lo que se sustenta en que la mutación es hereditaria.
De acuerdo con la evidencia científica, los padres son los que transmiten los genes defectuosos a sus hijos. En cualquiera de esas situaciones, se conoce a la problemática como amelogénesis imperfecta porque así se llama el proceso de formación del esmalte alrededor de las piezas dentales, y los resultados obtenidos no son «ideales».
Consecuencias de la amelogénesis imperfecta
La consecuencia más notoria del inconveniente es que los dientes padecen cambios en su estructura y estética. Comparados con dientes normales, suelen ser más pequeños, con manchas y con tendencia a quebrarse. Normalmente, los que padecen este problema soportan otros males, como hipersensibilidad, desgaste de las piezas, caries o incluso caída de piezas, por lo que tienen que extremar los cuidados dentales para evitarlos.
Clases
Pero no todas son iguales, sino que podemos diferenciar distintas clases de ésta:
- Tipo I o hipoplásica
- Tipo II o hipomadura
- Tipo III o hipocalcificada
- Tipo IV o hipomadura-hipoplásica
Tratamiento
Afortunadamente, el diagnóstico de esta enfermedad es temprano, y pueden iniciarse terapias para contrarrestarlo cuanto antes. El tratamiento depende del tipo de amelogénesis imperfecta detectada y la edad de la persona.
Eso sí, como no hay remedio para la afección, las terapias se orientan a prevenir o retrasar sus complicaciones. Los individuos deben tener una higiene adecuada, llevar una dieta saludable y aplicarse flúor de forma tópica.
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