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¿Te identificas? Características de las personas que sufren preocupación crónica

Recuerda que no estás solo y que hay recursos disponibles para ayudarte a lidiar con ella

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La preocupación es una parte normal de la vida, pero para algunas personas, la preocupación se convierte en un patrón crónico que puede afectar su bienestar mental y emocional. Estas personas son conocidas como “preocupones crónicos” y suelen experimentar una intensa preocupación constante que puede interferir con su capacidad para funcionar en la vida diaria.

La preocupación crónica se caracteriza por una preocupación persistente y excesiva sobre una amplia gama de temas. Las personas a menudo sienten que no tienen control sobre sus pensamientos y se sienten abrumadas por la preocupación constante. Esta preocupación puede estar relacionada con diversos aspectos de la vida, como el trabajo, la salud, las relaciones personales o los eventos futuros.

mujer con falta de sueño / dormir con los ojos abiertos - ¿Qué significado tiene despertar a la misma hora todas las noches? / volver a la rutina / preocupación
Imagen: Freepik

El impacto de la preocupación crónica en la salud mental

Las personas que se preocupan crónicamente a menudo experimentan síntomas de ansiedad, como nerviosismo, inquietud e irritabilidad. También pueden experimentar dificultades para concentrarse y problemas para conciliar el sueño. A largo plazo, puede contribuir al desarrollo de trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada.

También puede afectar negativamente la salud física. El estrés crónico causado por la preocupación constante puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. También puede afectar la calidad de vida general de una persona, interfiriendo con su capacidad para disfrutar de actividades y relacionarse con los demás.

Señales y síntomas comunes de la preocupación crónica

Estos pueden incluir pensamientos recurrentes y persistentes sobre preocupaciones futuras, dificultad para controlar la preocupación, inquietud e irritabilidad constantes, dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, dificultad para concentrarse y tensión muscular.

Además, pueden experimentar síntomas físicos como dolores de cabeza, problemas digestivos y fatiga. También pueden buscar constantemente la reafirmación de los demás para tranquilizarse y tener dificultades para tomar decisiones debido a la preocupación excesiva. Si una persona experimenta estos síntomas de manera persistente durante al menos seis meses, es posible que esté lidiando con preocupación crónica.

mujer con mala digestión / dormir / preocupación
Imagen: freepik

Estrategias para manejar la preocupación crónica

Si experimentas preocupación crónica, hay estrategias que puedes utilizar para manejarla de manera efectiva. Una de las primeras y más importantes estrategias es aprender a identificar y desafiar los pensamientos preocupantes irracionales. Muchas veces, nuestras preocupaciones están basadas en el miedo y la anticipación de lo peor, pero es importante cuestionar estas creencias y buscar evidencias objetivas para contrarrestarlas.

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Otra estrategia útil es establecer límites con la preocupación. Esto implica dedicar un tiempo específico cada día para preocuparse y luego dejar de lado esas preocupaciones durante el resto del día. También es importante practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda y la meditación, para reducir la ansiedad y promover un estado de calma.

Buscar ayuda profesional para la preocupación crónica

Si la preocupación crónica está afectando significativamente tu vida diaria y bienestar, es importante buscar ayuda profesional. Un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra, puede evaluar tu situación y brindar el apoyo y tratamiento adecuados. Pueden ofrecer terapia cognitivo-conductual, que es una forma eficaz de abordar la preocupación crónica y ayudarte a desarrollar habilidades de afrontamiento más saludables.

hombre con cáncer de pulmón y depresion, siendo revisado por un médico / demencia / trastorno
Imagen: Freepik

Prácticas de autocuidado para reducir la preocupación crónica

Además de buscar ayuda profesional, también hay prácticas de autocuidado que puedes incorporar en tu vida diaria para reducir la preocupación crónica. Estas prácticas incluyen el cuidado de tu cuerpo a través de una alimentación saludable, ejercicio regular y descanso adecuado. También es importante establecer límites saludables en tus actividades y compromisos para evitar el agotamiento y el estrés adicional.

Otra práctica de autocuidado es cultivar una mentalidad positiva y practicar la gratitud. Esto implica enfocarse en las cosas positivas de la vida y apreciar lo que tienes en lugar de preocuparte constantemente por lo que falta. Además, encontrar actividades que te brinden alegría y satisfacción, como hobbies o pasar tiempo con seres queridos, puede ayudarte a reducir la preocupación crónica y mejorar tu bienestar general.

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María Vargas Jimenez
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