Así ultimaron a tres de los cuatro hijos de Griselda Blanco
Solo sobrevivió a la violencia Michelle Corleone
Existe un dicho popular que dice que «quien a hierro mata, a hierro muere», y justo eso fue lo que pasó con la vida de Griselda Blanco, quien desde los 12 años se convirtió en una homicida llena de frialdad y terminó dada de baja a bala a las afueras de una carnicería en Medellín, tras haber pagado condena por narcotráfico en Estados Unidos.
A lo largo de su haber delincuencial, que empezó en la capital antioqueña y terminó en Miami, esta capa de la droga tuvo cuatro hijos, de los cuales tres fallecieron de manera violenta. El único que sobrevivió a los estragos de una vida llena de delincuencia, fue el menor, Michell Corleone.
Incursionaron en el negocio
Dixon, Uber y Osvaldo fueron los hijos que Griselda Blanco tuvo con Carlos Trujillo, un falsificador de documentos que conoció en la ciudad de Medellín, después de haber dejado el seno familiar a la edad de 14 años. Los tres estuvieron dentro del negocio del narcotráfico.
A Dixon lo metieron preso junto a ella en los Estados Unidos, y cuando recuperó la libertad lo atacaron a bala en plena vía pública. Uber corrió con la misma suerte por un ajuste de cuentas con otra banda dedicada al tráfico de drogas y a Osvaldo lo ultimaron al interior de un establecimiento nocturno. Los crímenes de los dos últimos ocurrieron cuando ella estaba tras las rejas.
El primer homicidio de Griselda Blanco
Según el libro ‘Cocaine Cowgirl’, de la autoría de Jennie Erin Smith, el primer crimen de Griselda Blanco se dio cuando tenía 12 años y estaba trabajando duro para ganarse el respeto de los habitantes -y sobre todo de los delincuentes- de la comuna en la que vivía.
Ella tenía claro que quería ser la que manda y no la que recibe órdenes, y fue esa ambición de poder y dinero la que la llevó a posicionarse como la ‘reina y señora’ de los narcos en la capital antioqueña, al punto de ser la ‘maestra’ del capo Pablo Escobar.
La víctima del primer homicidio de Griselda fue un niño de 11 años; ella y su grupo lo habían secuestrado con el objetivo de encontrar dinero, pero al darse cuenta de que ese cautivo no era la ‘mina de oro’ que pensaban, decidieron ultimarlo y fue ella la que disparó, algo para lo que tenía bastante sangre fría.
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