Lo que pasa cuando no se retiran los aretes periódicamente
Si bien es cierto que son un accesorio que da brillo y adorna el rostro, no deben estar puesto de forma permanente
Los aretes son una de las joyas más populares y utilizadas en todo el mundo. Hay una variedad de razones por las que las mujeres los usan, como por estética, cultura, moda, entre otros. Sin embargo, muchas veces no se les presta la atención necesaria y no se retiran de las orejas periódicamente, lo que puede generar problemas de salud. En este artículo, exploraremos las posibles consecuencias de no retirarlos con cierta frecuencia.
Infecciones por los aretes
Uno de los principales riesgos de no retirar los aretes de las orejas es el aumento de las infecciones. Al no retirarlos, se acumula sudor, células muertas y bacterias en la zona, lo que puede generar una inflamación en el lóbulo y/o el conducto auditivo externo. En algunos casos, se pueden generar infecciones graves como la otitis externa, que puede causar dolor intenso e incluso pérdida de audición.
Es importante destacar que los aretes no son los únicos responsables de las infecciones del oído. Sin embargo, el uso excesivo y prolongado de los mismos puede aumentar significativamente las probabilidades de desarrollar una infección.
Daños en el lóbulo de la oreja
Otra de las consecuencias de no retirar los aretes de forma periódica es que se pueden generar daños en el lóbulo de la oreja. Muchas veces, el peso de los aretes puede generar una tensión excesiva en la zona, lo que puede generar desgarros o incluso desprendimiento del lóbulo. En algunos casos, puede ser necesario realizar una cirugía reconstructiva para recuperar la forma original de la oreja.
Además, hay que tener en cuenta que los aretes de gran tamaño y peso pueden causar daños permanentes en el lóbulo de la oreja, lo que puede requerir una intervención quirúrgica para corregir el problema.
Mal olor
Finalmente, otra de las consecuencias de no retirar los aretes de forma periódica es el mal olor que se puede generar en la zona. Al acumularse sudor, células muertas y bacterias, se puede generar un olor desagradable en la zona. Además, si se utilizan aretes de materiales no recomendados, como el níquel, se puede generar una reacción química que empeore el olor.
Es importante destacar que este problema puede ser aún más grave en personas que sudan en exceso o que viven en climas cálidos y húmedos. En estos casos, se recomienda retirar los aretes con mayor frecuencia para evitar la acumulación de sudor y bacterias.
Recordemos que la salud es lo más importante y debemos cuidarla en todo momento. Si tienes alguna infección o problema en tu lóbulo, consulta a un especialista para recibir el tratamiento adecuado. Recuerda que la prevención es la mejor herramienta para mantener tus orejas saludables y hermosas.
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