Mundo

Enfermera de Hugo Chávez fue condenada a de 15 años de prisión en EE. UU. ¿Qué pasó?

Un empresario estadounidense la sobornó con una suma millonaria de dólares

Suscribite a nuestro canal para recibir toda la información

El miércoles pasado se dictó una condena de 15 años de prisión por el delito de lavado de dinero a Claudia Díaz Guillén, quien fue la enfermera del difunto presidente de Venezuela, Hugo Chávez. El juez federal William Dimitrouleas fue quien reveló la sentencia en una audiencia llevada a cabo en los tribunales federales de Miami, en Estados Unidos.

Lee también:

Ahora bien, desde el 2020, Díaz Guillén se encontraba enfrentando algunas acusaciones luego de que un empresario estadounidense la sobornada con una suma millonaria de dólares mientras ella ocupaba el puesto de tesorera en Venezuela.

Por lo anterior, a Díaz Guillén la encontraron culpable de cinco de las seis acusaciones que se le imputaban. Asimismo, el esposo de la mujer, Adrián Velásquez, también fue acusado por esos mismos delitos. Recordemos que, Velásquez había desempeñado funciones como guardaespaldas del exmandatario Chávez.

A pesar de que la Fiscalía en un principio había pedido aplicarles una condena más de 23 años de cárcel para Díaz Guillén y más de 19 para su esposo, ambos recibieron una sentencia de 15 años en prisión, luego de que el juez determinara que habían obtenido aproximadamente 61.000 millones de pesos en bienes y dinero a través de sobornos.

Por su parte, la Agencia AP reporta que se les ha ordenado devolver $136 millones de dólares (aproximadamente 61.000 millones de pesos colombianos) y pagar una multa de $75.000 dólares (340 millones de pesos colombianos) cada uno, un monto que la Fiscalía había solicitado anteriormente.

Durante el juicio

Durante la lectura de la sentencia, los dos acusados llegaron a la sala de audiencias vestidos con el uniforme de presos de color beige. Según el Canal NTN24, que aparentemente estaba presente durante la audiencia, ambos acusados presentaban un comportamiento serio, con sus manos esposadas y unidas por una cadena a su cintura.

Ambos permanecieron en silencio absoluto mientras escuchaban al juez, utilizando auriculares que iban traduciendo simultáneamente del inglés al español. Durante la audiencia, solo respondieron brevemente al juez con un «sí» o «no» cuando se les preguntó si estaban entendiendo la audiencia y si tenían algo que comentar.

Daniela López González

Publicaciones relacionadas