Cáncer en niños: ¿cuáles son los más comunes?
Ni prevenible ni detectable, el cáncer infantil afecta cada año a unos 400.000 niños y adolescentes de 0 a 19 años. Representa entre el 1 y el 2% de todos los cánceres. En Colombia, afecta a cerca de 2.500 menores de 18 años cada año. El cáncer infantil sigue siendo una de las principales causas de muerte en niños y adolescentes.
¿Cuáles son los cánceres pediátricos más comunes?
Hay cánceres que se dan en los niños y que no existen en los adultos, y viceversa. En niños y adolescentes, los más frecuentes son:
- Cánceres cerebrales;
- Leucemia (sangre y médula ósea): 28%;
- Linfomas (que afectan a los ganglios linfáticos y al sistema linfático): 11%;
- Tumores sólidos, como el neuroblastoma (glándulas suprarrenales y sistema nervioso simpático);
- Tumor de Wilms (cáncer renal específico que afecta sobre todo a niños pequeños).
También existe el retinoblastoma (cáncer de retina), el osteosarcoma o el tumor de Ewing, que afecta a los huesos. Otros tumores son más frecuentes en los niños: en los ovarios, los testículos, el tórax o el abdomen, dice el Instituto Nacional del Cáncer. Pero en general, el cáncer puede desarrollarse a cualquier edad y en cualquier parte del cuerpo. Los cánceres pediátricos son la primera causa de muerte por enfermedad en menores de 20 años.
¿Cuáles son las causas?
En la actualidad se conocen ciertos vínculos causa-efecto en la aparición de cánceres en adultos: tabaquismo y cáncer de pulmón, exposición a disruptores endocrinos y cáncer de mama, por citar sólo algunos. Pero en la inmensa mayoría de los casos, los cánceres infantiles no tienen un origen conocido. Al menos, muy raramente se establece la implicación del medio ambiente y del modo de vida, lo que hace imposible su prevención.
Por otra parte, la OMS afirma que algunas enfermedades están relacionadas con los cánceres pediátricos. Por ejemplo, se sabe que el VIH, el virus de Epstein-Barr y la malaria aumentan el riesgo de desarrollar cáncer (es decir, cambios genéticos en las células que se multiplican y forman una masa) en los niños.
Lo mismo ocurre con infecciones como la hepatitis B, que puede provocar cáncer de hígado, o el VPH, asociado al cáncer de cuello de útero. Pero ya existen vacunas contra estas infecciones. La investigación no basta para ofrecer una explicación de todos los cánceres infantiles, pero se calcula que el 10% de ellos se deben a una predisposición genética. Esto es especialmente cierto en el caso del cáncer ocular, el retinoblastoma. Si ya hay casos en la familia (o se ha identificado la mutación genética), puede establecerse un cribado periódico.
¿Cómo se tratan hoy en día?
«En los países de ingresos altos, donde en general se dispone de servicios integrales, más del 80% de los niños con cáncer se curan. En los países de ingresos bajos y medios, menos del 30% de los niños se curan», señala la OMS. Pero la gran preocupación del cáncer infantil es que es muy difícil de detectar, al igual que el cáncer de mama, próstata o colon, por ejemplo, que requieren revisiones periódicas a partir de cierta edad.
En todos los casos, cuanto antes se diagnostique, más eficaz será el tratamiento. Se recurre a la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia, como en los cánceres de adultos. «La mayoría de los cánceres infantiles pueden curarse con medicamentos genéricos y otras formas de tratamiento, incluidas la cirugía y la radioterapia. El tratamiento del cáncer infantil puede ser rentable, independientemente del nivel de ingresos de un país», afirma la OMS.
Para avanzar en el conocimiento de los cánceres pediátricos y poder tratarlos con menos secuelas, la Liga contra el Cáncer recuerda que se necesitan fondos para seguir financiando proyectos de investigación en oncología pediátrica.
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