6 formas en que el cambio climático afecta a la salud y cómo protegerse de él
Los expertos afirman que las toxinas ambientales son la mayor amenaza para la salud a la que nos enfrentamos. Pero el cambio es posible. Probablemente haya visto muchos titulares sobre el cambio climático en Internet y en la televisión últimamente, pero quizá se pregunte qué significan para usted factores como el aumento del nivel del mar y el aumento de las temperaturas. Lo crea o no, cambios ambientales como estos y otros tienen efectos directos e indirectos en su salud.
El cambio climático puede ser la mayor amenaza sanitaria mundial del siglo XXI, con millones de vidas en juego. No es una exageración: el cambio climático puede afectar a la salud humana de innumerables maneras. Aquí hay seis de ellos y lo que necesita saber para protegerse.
El aumento de las temperaturas puede afectar al sueño
Un estudio publicado en One Earth en mayo de 2022 reveló que, para 2099, el aumento de las temperaturas podría reducir el número de horas de sueño por persona al año entre 50 y 58 horas. Esto equivale a perder más de una semana de sueño al año. Es más difícil para las personas dormir con un calor más elevado, especialmente las que no tienen acceso a la refrigeración o la ventilación.
El efecto puede ser especialmente notable en las ciudades, a través del llamado efecto isla de calor urbana, donde las zonas urbanas se calientan más que las suburbanas y rurales. El hormigón, las superficies impermeables y la falta de vegetación atrapan el calor dentro de los límites de la ciudad. Por la noche, cuando nuestro ecosistema está configurado de forma natural para liberar calor, éste queda atrapado, y por la mañana se agrava. Todo esto afecta al sueño. La pérdida de sueño está relacionada con una peor función cognitiva y una menor inmunidad a las enfermedades, así como con un mayor riesgo de lesiones, problemas cardíacos y problemas de salud mental.
Los cambios en los patrones climáticos pueden aumentar la propagación de enfermedades infecciosas
Las investigaciones demuestran que el aumento de las temperaturas y los cambios en las precipitaciones pueden hacer que las zonas sean más o menos propicias para los portadores de enfermedades como los mosquitos y las garrapatas, lo que significa que la malaria, el dengue y la enfermedad de Lyme pueden extenderse a zonas que antes no estaban en riesgo. Las temperaturas más cálidas también pueden afectar a la velocidad de crecimiento y replicación de algunos patógenos. Por ejemplo, algunas de las bacterias que causan la intoxicación alimentaria. El cambio climático también puede hacer que los animales y los seres humanos migren, poniéndonos en contacto con enfermedades que antes no habíamos encontrado.
A medida que el planeta se calienta, algunos animales se desplazan hacia los polos, entrando en contacto con otros animales, y en algunos casos con los humanos, por primera vez. También sabemos que la deforestación, que también es una de las principales causas del cambio climático, provoca la pérdida de hábitats naturales y hace que los animales se trasladen a nuevas zonas, donde podrían compartir gérmenes con las personas u otros animales.
La contaminación del aire puede dificultar la respiración
La contaminación atmosférica está relacionada con múltiples afecciones respiratorias. Las temperaturas más cálidas provocan un aumento de la contaminación por ozono, o smog, que daña las vías respiratorias y agrava el asma y las enfermedades pulmonares crónicas, como el enfisema y la bronquitis. La contaminación por ozono también puede provocar asma. El cambio climático está aumentando la frecuencia e intensidad de los incendios forestales, que liberan enormes cantidades de humo que pueden extenderse a cientos de kilómetros. El humo de los incendios forestales está cargado de partículas, que provocan la muerte prematura, agravan el asma, aumentan el riesgo de infarto y se han asociado a los nacimientos prematuros y otros resultados adversos.
El aumento del polen puede agravar las alergias y las enfermedades de la piel
Las temperaturas más cálidas también hacen que las plantas produzcan más polen, y muchos alérgicos descubren que sus alergias son peores y que la temporada de alergias es más larga. Esto se debe a que la contaminación por carbono y las temperaturas más cálidas hacen que las plantas produzcan más polen durante las estaciones de crecimiento más largas. De hecho, los científicos han sugerido que los recuentos medios de polen en 2040 serán más del doble de los que había en 2000. Y un estudio publicado en Allergology Select en 2021 descubrió que estos cambios también pueden empeorar el eczema.
La eco-ansiedad puede afectar a la salud mental
Recientemente, los expertos han observado un aumento de la eco-ansiedad, o ansiedad climática, entre los jóvenes. Quieren actuar, pero puede que no tengan la edad suficiente para tener el capital o el poder político para hacerlo. Sobrevivir a una catástrofe climática también tiene efectos duraderos en la salud mental. Un estudio publicado en la revista Psychiatric Quarterly en 2020 descubrió que las catástrofes agravadas por el cambio climático pueden provocar un mayor consumo de alcohol, ansiedad, ira y trastorno de estrés postraumático.
Las altas temperaturas pueden agravar las enfermedades crónicas
El calor extremo dificulta mucho la regulación del organismo, lo que afecta a las personas con enfermedades cardiovasculares, pero también a los problemas de salud relacionados, como la hipertensión arterial y el colesterol alto. Esto hace que estas personas sean un poco más vulnerables a la deshidratación, la insolación y el estrés térmico. El cambio climático se ha relacionado desde hace tiempo con un mayor riesgo de cáncer, pero también puede empeorar su desarrollo. El aumento de las catástrofes naturales puede liberar carcinógenos, abrumar a los médicos y dificultar el acceso a la atención médica, lo que provoca muertes, según un artículo publicado en Cancer Epidemiology, Biomarkers and Prevention en 2020.
Los más afectados por el cambio climático suelen ser los niños, las mujeres embarazadas, las personas que viven en comunidades de bajos ingresos y las poblaciones más propensas a padecer enfermedades crónicas, como los ancianos. El acceso a hospitales, escuelas y sistemas de transporte puede ser una cuestión de vida o muerte para algunos. Y la calidad de la vivienda desempeña un enorme papel en la capacidad de una persona para mantenerse fresca y protegida de las inundaciones. Las casas antiguas con tuberías de plomo están en riesgo, ya que el plomo se concentra más en el agua potable en los días calurosos.
El cambio climático: Consejos para protegerse de las toxinas ambientales
La lucha contra el cambio climático puede parecer abrumadora, pero hay medidas que puede tomar para protegerse a sí mismo y a sus seres queridos. Los expertos recomiendan lo siguiente:
Mejore sus conocimientos en materia de salud
Es muy importante que conozca su salud y la de su familia, para que pueda hacer preguntas a su médico sobre el papel que desempeña el cambio climático en su bienestar. Hable con su médico sobre los tipos de alertas o eventos meteorológicos a los que debe prestar atención en relación con el calor, las interacciones del estrés con los medicamentos o la exposición de sus hijos al calor, el frío, el moho y los alérgenos.
Prepare un kit de suministros de emergencia
Esto es especialmente importante si vive en una zona propensa a las inundaciones o los incendios forestales. Dependiendo de su ubicación y de las necesidades de los miembros de su familia, sus suministros serán diferentes. Pregunte a su farmacéutico. Y no olvide los suministros de emergencia para las mascotas.
Coma menos carne
Una investigación publicada en Advances in Nutrition en 2020 descubrió que las dietas bajas en carne y altas en frutas y verduras estaban relacionadas con menores emisiones de gases de efecto invernadero y riesgo de enfermedades crónicas, reduciendo la vulnerabilidad de las personas a las altas temperaturas.
Reduzca la cantidad de plásticos de un solo uso en su vida
Las pequeñas decisiones individuales pueden sumar, como llevar bolsas de la compra y una botella de agua reutilizable, comprar a granel y cocinar más en casa.
Preste atención a las alertas de calor y busque formas de mantenerse fresco
Incluso unas pocas horas al día de aire acondicionado pueden reducir el riesgo de enfermedad por calor. Si tiene aire acondicionado, asegúrese de que funciona, o encuentre un lugar al que pueda acudir con aire acondicionado, como un centro comercial o una biblioteca pública. Asegúrese de consultar a sus amigos durante una ola de calor, y pídales que lo hagan con usted. Mantener el espacio para dormir fresco también le ayudará a recuperar las valiosas horas de sueño.
- Cómo evitar la inflamación al comer: ocho maneras de lograrlo - 19 de agosto de 2024
- 10 alimentos que son buenos para la vista - 19 de agosto de 2024
- ¿Por qué deberías comer las espinacas crudas? 5 beneficios - 16 de agosto de 2024